Con una directriz de la Junta Directiva del Banco Central, al BCCR se le ha autorizado para adquirir títulos de Hacienda en el mercado secundario y con esta decisión, se abre un nuevo debate en torno a la conveniencia de dicha medida.
La medida permite al BCCR adquirir titulos valores de Hacienda hasta por 250 mil millones de colones, si se determina que la situación de liquidez del mercado estuviera comprometida, buscando disminuir tensiones y así mantener estabilidad en el sistema financiero local.
Precisamente en las últimas semanas se han observado cambios importantes en el volumen de negociación y una oferta mayor de venta respecto a la compra. En estas circunstancias, tanto la Bolsa de Valores de Costa Rica y las diferentes Cámaras en la industria financiera, ven con buenos ojos la posibilidad que exista esta nueva herramienta de liquidez.
Pulso entre la liquidez y la inflación.
A pesar de que la medida parte de la premisa necesaria de llevar tranquilidad al mercado y evitar un impacto mayor en precios, existen posiciones adversas de algunos economistas pues alertan la posibilidad que se podrían dar efectos inflacionarios en la Economía, considerando que la inyección de dinero en una economía en pausa no la activaría.
Igualmente, sus detractores advierten que esta autorización podría ser un portillo para que el Banco Central financie indirectamente el gasto del deficitario del Gobierno.
Para quienes consideran acertada la decisión, el Banco Central permitiría tener una herramienta adicional para evitar consecuencias negativas en el mercado bursátil y por consiguiente evitar efectos permanentes en una situación que consideran temporal y propia del problema mundial de salud tan particular que estamos atravesando.
Es precisamente este argumento el más utilizado para apoyar la medida, en condiciones normales, efectivamente una inyección de liquidez en el mercado para la compra de títulos por parte del Central en el mercado secundario, podría traer consigo inflación.
Sin embargo, la anormalidad de la coyuntura actual con una demanda interna disminuida y precios en el barril de petróleo históricamente bajos, hacen que la valoración de riesgos y su necesidad de mitigación, se decante por el riesgo de liquidez sobre la posibilidad de un shock inflacionario.
Para el inversionista en títulos de Hacienda este nuevo “comprador” es una excelente noticia, gracias a los beneficios y posibilidad de liquidez en un mercado financiero que ya ha sentido los impactos fuertes de la crisis sanitaria actual.