El sinsentido del Impuesto a las transacciones bancarias.

El sinsentido del Impuesto a las transacciones bancarias y su impacto en el ahorro y la inversión.

Al calor de la “propuesta” presentada por el Gobierno de Costa Rica, para la negociación con el FMI, identificamos el sinsentido del Impuesto a las transacciones bancarias y su impacto en el ahorro y la inversión.

Todas las propuestas que van dirigidas al incremento de la carga impositiva, producen efectos negativos inmediatos en el precio de los bienes y un desincentivo para los diferentes agentes para la inversión o en su posibilidad de dinamizar la economía.

El efecto que este impuesto específico produce en el ahorro y la inversión, no deja duda que la cura saldría más cara que la enfermedad.

La propuesta de tasar en un 0.3% la transferencia bancaria no solo produciría un incremento en el costo de financiamiento, sino que en el lado de la inversión consumiría dependiendo del plazo una parte considerable del rendimiento o en el peor de los casos podría resultar que no se ganara nada por invertir.

Con esos resultados o efectos, ¿quién estaría dispuesto a ahorrar o invertir? La respuesta parece obvia… nadie, hasta acá, el lector podría sentir que ese sería un problema exclusivo para los inversionistas o quien tiene dinero para ahorrar.

Efectivamente los primeros y grandes afectados seriamos todos nosotros por el impacto en los rendimientos de los ahorros y las pensiones. No dejaría ningún sector descubierto en su efecto.

Pero el verdadero afectado de este impuesto seria el mismo Estado que lo promueve. El ahorro y la inversión de los costarricenses (depositada o invertida en Bancos, Cooperativas, Asociaciones Solidaristas, Fondos de Inversión, Operadoras de Pensiones, IVM) está financiando al mismo Gobierno a través de su deuda interna.

Este impuesto desincentiva la inversión y el ahorro. Por consiguiente, el Estado pierde su capacidad de financiamiento en el mercado o en el mejor de los casos o peor, según de donde se vea, deberá pagar una tasa mayor que cubra el impacto que produce el famoso impuesto.

Sin hacer una estimación muy exacta, es evidente que el efecto es mucho más negativo que positivo.

Si el Ministerio de Hacienda estaba contando con la masa de capital que se maneja en el ahorro del público y la inversión del mismo, definitivamente se deberá replantear su conveniencia, pues esta propuesta es un gran ejemplo como un impuesto puede tener un efecto búmeran.

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